
Como bien sabéis los que os pasáis de vez en cuando por esta gruta, somos gente poco evolucionada y adoramos dioses algo más antiguos y menos iracundos que los que actualmente dirigen el cotarro religioso.
Después de terminar la dura jornada laboral y con el humeante cafecito en la mano comienza mi habitual dosis de información, suelo leer un poco de la llamada prensa digital para estar al tanto de la actualidad y conseguir que no se me quede cara de haba en la habitual tertulia del bocata, y mira por donde la cara de haba se me ha quedado al leer que el Sumo Pontífice de la secta católica en su última pastoral contra los delitos de pederastia cometidos por la jerarquía católica pide intransigencia con el pecado pero indulgencia con las personas.
Como esto es una cosa que se me escapa, ser intransigente con una cosa que no se ve ni se toca como el pecado, pero indulgente con las personas, estas si se pueden tocar y apalear incluso mandar a la hoguera si es necesario, costumbre que solían utilizar frecuentemente con los que no consideraban personas sino herejes, he acudido a ese pozo del saber que es la wikipedia para informarme bien de lo que es pecado.
Existen dos clases de pecados el pecado venial, esos pequeños pecadillos perdonables como exterminar rojos, quemar herejes, abusar de monaguillos etc.…
Y los llamados pecados mortales que son los que te condenan al fuego eterno a no ser que seas absuelto con una buena penitencia, algo que se deje ver vamos que verdee en el cepillo dominical y que vaya acompañado de un buen padre nuestro.
Dentro de estos están los llamados siete pecados capitales que son los más gordos de todos, que vienen a estar asociados a un particular demonio y a su infrahumano castigo.
Lujuria, empezamos bien pensareis algunos, ya que este a buen seguro lo cometemos el 110% de la población, pero no hay ninguna demonia encargada ni el castigo es pacer entre bellas pecadoras o pecadores según sea el caso, el demonio es un tal Asmodeo y el castigo es asfixiarse entre fuego y azufre esto creo que los valencianos lo llevaran algo mejor.
Gula uno de mis preferidos, veamos mi demonio y mi castigo, Belcebú y seré forzado a comer ratas, sapos y culebras, castigo llevadero ya que soy omnívoro como mi adorado cerdo y suelo aplicar la del pobre antes reventar que sobre.
Avaricia, el pecado del empresariado patrio, su demonio un tal Mammon y el castigo puesto a hervir en aceite, creo que podríamos utilizar el aceite para freír huevos ya que pueden costearse una buena penitencia y conocen todo tipo de padrenuestros y avemarías.
Pereza para todos aquellos que sueñan con ser agraciados con una primitiva y darse a la molicie y no madrugar jamás, el demonio es Belfegor y serán arrojados en aguas heladas para que anden bien despiertos.
Ira ,otro de los que suelo cometer especialmente durante las 8 horas que dura mi jornada laboral el demonio es Amón y el castigo es el desmembramiento esto me preocupa algo mas ya que no especifican el miembro.
Envidia, todos envidiamos algo del vecino o de la vecina, incluso creo que para esto hay hasta un mandamiento, el demonio Leviatán y el castigo ser arrojado a una fosa con serpientes.
Soberbia, pecado en el que cae todo gobernante que se precie acordémonos de sonrisa de hiena o el mismo presi de la conferencia episcopal, como lo escribo yo también elijo los ejemplos, su demonio Lucifer y su castigo la rueda que creo que es un instrumento de tortura bien conocido por la iglesia en otros tiempos.
Como podemos ver hay que ser duros con el pecado pero indulgentes con las personas, no con nosotros andrajosos seres que asesinamos nonatos y enfermos en sus últimos momentos.